Y luego vinieron las prisas, las ganas de tirar la piel al mar...las horas contando rayas impares en los códigos de barra, las cajeras que preguntan la hora, la muñeca sin cuerda, el reloj sin paladar...vinieron los gritos, las ostias del viento, el silencio en un cofre de oro...
Luego vino el desastre, los corazones nucleares...los asaltos a mano armada...la hiel pegada al pomo...vinieron los puertos, el te vendo un ojo por tu cara...los pies quemados...la pataleta de la papelera de la plaza...vino el viviendo que nunca fue...y aquel gerundio partido en participios...