jueves, 15 de septiembre de 2011

El que pregunta no es traidor...

…Puedes tener la suerte de encontrarte una tela en el suelo…te paras o se para ella ante ti y te sorprendes, y piensas en la de cosas que puede llegar a ser para ti…en la de cosas que te gustaría hacer con ella…

...Llegas a casa la miras, la observas y visualizas como te va a vestir…sales a comprar hilo que mezclas con tus agujas usadas, haces el nudo para que nada se te escape…si te sientes insegura incluso el doble nudo para tener todo atado…estiras la tela y empiezas a coser, primero el dobladillo para que esos hilos a tu parecer feos no se noten y no se salgan del diseño del vestido que deseas tener…el patrón te ha quedado perfecto…tocas la tela…y sigues cosiendo…pero empieza a suceder que la tela no cede lo que tu creías, y tiras  primero con suavidad y ves como se resiste,…tras varios intentos pierdes la paciencia…y ahora ya tiras sin cuidado…empiezan a verse las cuadriculas del tejido, pero eso da igual tu quieres tu vestido…sus hilos se separan…y sucede…sucede la primera rotura…recortas un trozo de la tela que sobro al hacer el patrón y lo parcheas…y sigues cosiendo con el orgullo satisfecho de quien no pierde su objetivo, sin caer en la cuenta de que aun sigues forzando y sucede…sucede el siguiente quiebre que le sucede al siguiente y siguiente…la dejas encima de la cama y entonces lo ves…ves que ya no hay nada más que coser por mucho hilo que le compres…

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